Los barcos salen del embarcadero del Puente Carlos cada 10 ó 15 minutos, todos los días del año, independientemente de la temporada, las vacaciones o el tiempo. Gracias a ello, puedes planificar tu viaje por el Moldava en cualquier momento del día sin tener que adaptarte a complicados horarios.
Las salidas tan frecuentes dan más libertad a los visitantes. No tiene que ir con prisas a ningún sitio ni preocuparse por perder el barco: el siguiente llegará en unos minutos. Esta flexibilidad es ideal no sólo para los turistas con agendas apretadas, sino también para los lugareños que quieren disfrutar de un crucero sin estrés. Praga Venecia ofrece así una experiencia confortable sin esperas innecesarias.
Un crucero por el Moldava ofrece una vista única de los monumentos históricos de Praga desde un ángulo diferente. Desde la cubierta del barco podrá disfrutar de la belleza de la Ciudad Vieja, la Ciudad Pequeña o Kampa sin tener que vadear las multitudes de turistas. Tanto si realiza un crucero por la mañana, por la tarde o por la noche, siempre tendrá la oportunidad de conocer Praga bajo una luz y en un ambiente diferentes. Un crucero no es sólo un cómodo medio de transporte, sino también una experiencia en sí misma.
No importa si visita Praga en el sofocante verano o en invierno con vistas a los tejados nevados de los edificios históricos: Praga Venecia opera sus barcos todo el año. Esta disponibilidad durante todo el año garantiza que siempre habrá un crucero disponible, independientemente de la estación. Sólo tiene que acercarse al muelle y en unos minutos estará navegando a la deriva por el tranquilo caudal del Moldava, con la belleza de la ciudad extendida a su alrededor.
No se limite a conocer Praga desde la calle: suba a bordo y déjese llevar por el encanto del centro histórico desde el agua. El Puente de Carlos, el Castillo de Praga y la Ciudad Pequeña le mostrarán todo su esplendor desde una vista que no podrá obtener desde la orilla. Cómodamente, sin aglomeraciones y con un ambiente único.
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